A
Javier.
A Leticia, Íñigo y Gonzalo, que nunca encuentran los zapatos,
a mi Pituja, y siempre a Javier.
¡Los
zapatos! ¿Dónde están los zapatos?
Todos los días lo mismo. Por favor, mira en el baño. Sí, detrás de la
puerta. Sube a ver si los dejaste en el cuarto de tu hermana. Todos
los días lo mismo.
Bajo
el sofá del salón. No puede ser, todos los días lo mismo. Son ya menos
cuarto. ¿Qué haces ahí parado? Mira en la cocina.
Aquí,
aquí, mamá. Póntelos, los limpiaremos en el coche.
El
barbour, ¿dónde está el barbour? Mira en el sofá, no, en el armario.
A ver si está en el cuarto de jugar. Todos los días lo mismo. Vamos,
que son menos diez.¿Te has peinado? Anda, nos peinaremos en el coche.
Por
favor, daos prisa, son menos cinco.¿Es necesario llevar esos juguetes?
Corre a buscarlos, son menos tres. No te pares con el balón, tenemos
prisa.
El
atasco, un tramito en dirección contraria. En punto
Semáforo.
A ver, los zapatos.
Verde.
Sigue limpiando tú.
Semáforo.
El peine.
Verde.
Aplástate un poquito el pelo.
Semáforo.
Trae el sobre que lo firme.
Verde.
Ciérralo tú.
Semáforo.
Nos colaremos un poquito.
Verde.¿Dónde
aparcamos? Niño, sal. Niño, baja pronto. No te pares, niño, corre, corre.
Suena
la sirena. Corre, corre a la fila. Venga, corre.¡La grúa, la grúa! Las
9:10. La grúa y el coche sobre la grúa.¡Taxi! ¡Taxi! Ocupado.¡Taxi!
¡Taxi! No ven.¡Taxi! ¡Taxi! Salpicando.
La
oficina, el atasco, la bocina, las noticias.
La
lluvia, el paraguas, el conserje, el ascensor.
El
tercero. Se paró el ascensor
La
alarma, la alarma.
El
bolso, los tranquilizantes. No hay. Dentro del bolso un paquete. Ah,
sí, un regalo, una novela.
Pero,
¿y los tranquilizantes? No, no hay.¿La novela? No, no hablará del mercado
financiero.
No
hay tranquilizantes. Sigue cerrado el ascensor.¿La novela? No, no hablará
del sector de la construcción.
No
hay tranquilizantes. Sigue cerrado el ascensor.
Bueno,
pues la novela, las 11:15, página 200, las 2:30, página 400, las 10:00.Las
7:30, no estarán los zapatos, no estará el barbour, nadie estará peinado
y la novela que llega a su fin.
No
hay tranquilizantes. ¿Y qué si no hay tranquilizantes?
El
jardinero Jota
Para
Ama y Aita. Gracias.
Hemos
llegado a la jota, sabía que
llegaríamos esta semana, lo vi en el libro, Mercedes es una gruñona,
tiene la cara gordota, se parece a Luisa; bueno, es más joven pero es
gruñona. El jardinero Jota. Hoy cambian los sitios. ¡Oh no, Álvaro!
Álvaro sí que es un cursi, sólo le gusta pintar. Lo dice hasta Alfonso,
es un cursi, diga lo que diga mamá. Ja, je, ji, jo ju, me toca leer,
está chupadito. Hoy cumpleaños, Ignacio dice que le han invitado pero
su mamá no sabe donde está el Vips, hay muchos en Madrid, hasta en casa
de la abuela. Huele a lentejas, ya no ponen vaca loca, habrá hamburguesas
de pollo, le dije a la tía que había visto el pico y una pluma, se lo
creyó. ¡Toma! Nacho saca los tazos, como se dé la vuelta Mercedes… Chua,
chua, noa, noa, noa, ¡toma!, tiene la pura. Se la voy a cambiar, seguro
que la ha sacado del patio de los mayores. El jardinero Jota. Javier,
José, sé escribir Ja-i-me, como el primo, nunca me deja la game-boy,
es el enchufado de la abuela, hasta tiene una foto suya en el cuarto.
Nacho no me cambiará la pura, bueno, le daré tres que noa. Huele a hamburguesa,
bueno, a lo mejor son muslitos. Si son muslitos seguro que me quedo
en el turno los mayores, dice papá que me distinguen, pero eso no es
castigar. Nacho está terminando, se ha traído la pelota pero le gusta
el baloncesto, ¡qué rollo! Yo jugaré al fútbol, primero le cambiaré
la pura. Venga, a ver si me toca. Jota, jamón, jirafa y una palabrota
que no le gusta a mamá: la diré bajito.
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