Piedra
Patricia Cereijo


Show me the meaning of being lonely

Viernes 10 de enero

Ayer me encontré poniendo la mesa para dos y hoy me he despertado acurrucada en tu lado de la cama. No he analizado tu ausencia, ni siquiera lo he intentado. Lo único que sé es que tengo frío dentro. Quisiera no poder sentir, quisiera poder anestesiarme, beber tanto vodka que mi hígado después pudiese ser servido como foie en un banquete caníbal.

Domingo 12 de enero

Lo único que me apetece es acurrucarme en el sofá del salón y esconderme de todas las miradas, sobre todo de la mía propia. He puesto bocabajo todas las fotografías porque cuando las veo observándome me asusto. Me siento como si estuviese de pie en las tablas de un escenario vacío y el foco principal me apuntase directamente, pero nadie más que yo mira desde el patio de butacas.

Lunes 13 de enero

Hoy al salir de clase me han llevado a tomar unas cañas, no tengo ninguna voluntad, en realidad no quería ir. Pensé que un poco de éxtasis me vendría bien. Al llegar a casa vomité tanto que pude sentir cómo me daba la vuelta, lo mismo que si mi cuerpo fuese una camiseta sucia. Tengo tanto frío que me he tapado con tres mantas, creo que sigo drogada, además estoy sudando pero el frío no se me quita.

Martes 14 de enero

Esta tarde me corté haciendo la ensalada, fui al cajón a buscar una tirita, dentro había una cinta de vídeo sin etiqueta. La puse, era de aquel día que fuimos a hacer snow. Hacía muchísimo frío y un sol enorme. Tú saludabas a la cámara, que llevaba Chicho, y me abrazabas y cogías la cara para besarme. Comprendí que no puedo soportar que tu ausencia sea para siempre. De repente se me escaparon las lágrimas, primero una, luego otra, al principio eran gotas enormes y luego el Volga entero empezó a correr por mis mejillas, hice esfuerzos por contenerme, pero acabé casi ahogada y chorreando lágrimas. Luego, al mirar hacia abajo vi que habían quedado algunas colgando de mi pecho en forma de carámbanos.

Miércoles 15 de enero

He tratado de reunir fuerzas para sacar toda tu ropa del armario, pero como no las tenía me he fumado un par de porros para que no me doliese tanto, al final he terminado tirada en el suelo, abrazada a un jersey tuyo, intentando aspirar lo que queda en él de tu olor. Me duele el pecho. Pero para lo que no estoy preparada es para tocar tu novela a medias ni tu vieja máquina de escribir. Cada vez que me acerco a la mesa siento que ésta se aleja de mí, junto con la pared, como en esas películas de miedo. Además, no sé qué hacer con ellas. No puedo pensar con demasiada claridad.

Jueves 16 de enero

Desde ayer soy una pluma, sólo envoltorio. Anoche dejé la ventana abierta y un soplo de viento hoy por la mañana me sacó de la cama y me empotró contra la pared. Así que casi he tenido que ir arrastrándome por el suelo para que no me llevase el aire. Luego me he aupado hasta el lavabo y he tenido que recoger los trocitos de dignidad que me quité anoche sin mirarme al espejo. Luego ya he podido ir por mi propio pie a la facultad.

Viernes 17 de enero

Hoy es viernes. Por lo visto hay que divertirse. La guitarra de Lou Reed suena tan alto que la música se ha colado por todos los agujeros de mi cuerpo maltrecho y retumba con toda su potencia en mi caja torácica, aunque tengo la sensación de que el vacío ahí dentro la absorbe y no la deja salir. Me ha llamado tu madre y se ha puesto a llorar, he tenido que colgarle. La botella de ginebra está ya a la mitad y la caja de Valium también, la noche es joven.

Sábado 18 de enero

No he podido, mi cuerpo se ha rebelado contra mí y anoche estuve dos horas vomitando mi muerte. Esta mañana me he despertado abrazada a la taza del váter. Quisiera colarme por el desagüe y nadar tuberías adentro hasta llegar a un río desconocido lejos de mí misma y de tu recuerdo. Me pesa mi propio interior, tanto que si quisiese suicidarme tirándome a un río no necesitaría ladrillo para atarme al cuello.

Domingo 19 de enero

Ayer lo volví a hacer. Salí y me metí tanto que habría conseguido flotar si no fuera por lo que me pesaba el pecho. Esta mañana me he despertado desnuda entre dos tíos y rodeada de gente que dormía por todas partes. Me he vestido todo lo deprisa que he podido y he salido corriendo de allí. He caminado desorientada por las calles, muerta de frío. No sé para qué sirve todo esto, por qué no puedo recomponer mi vida, matarme o vivir. No sé qué es lo que me duele tanto dentro, ni por qué mi casa es una cueva llena de recuerdos afilados y tristezas verdes y musgosas que trepan por las paredes.

Estoy asustada, todos me quieren ver, zarandearme, asegurarse de que estoy bien, arrastrarme hasta el mundo de los vivos, que sin ti ya no sé si es el mío.

Lunes 20 de enero

Al mirarme en el espejo me he dado cuenta de que en los ojos sólo se me ve vacío. Me recuerdan a dos piedras viejas.

Miércoles 22 de enero

Estoy tan cansada... No he ido a clase, me he quedado tapada hasta la nariz, viendo a esa cosa acercarse. Se ha sentado a los pies de mi cama y me ha mirado durante horas. De pronto he caído en al cuenta de que él también tenía dos piedras en los ojos. Al mirarle más despacio he comprendido que era yo. Después se ha acercado más a mí y me ha puesto su mano que no tenía forma ni peso sobre los ojos y me dormí. En mi sueño vi llegar todos mis recuerdos y cómo se iban colocando ordenadamente alrededor de mi cama. Cada uno tomó su sitio y se tumbaron junto a mí, todos me abrazaron y dormimos, pero al abrir los ojos vi que me estaban tapando la boca, la nariz, los oídos, de nuevo el fantasma se acercó y me tapó los ojos. Esta vez sentí miles de alfileres clavándose en mi corazón.

Viernes 24 de enero

Sal y diviértete. Eso he hecho, pero no me he divertido. Anoche me acosté con Chicho. Él intentó beberse mi tristeza, a cambio me comí su corazón. Le pegué y me pegué. Cuando él intentó abrazarme fuerte salí corriendo. Esta vez el éxtasis me hizo sentir bien ¿o fue el poder de hacer daño? Me he acostado con nuestro mejor amigo y me da igual. ¿Me perdonas? No creo que haya conseguido beberse todo mi dolor porque hoy el pecho me duele más que nunca.

Sábado 25 de enero

Hoy ha vuelto el fantasma, me sigue a todas partes y ya ni me doy cuenta. He llamado a Chicho para pedirle perdón, pero no quiere ponerse. Acurrucada en el sofá he vuelto a llorar porque me siento asqueada y perdida.

Domingo 26 de enero

Hoy también me duele mucho el pecho y estoy un poco mareada, no dejo de soñar con mis recuerdos jugando alrededor pero no puedo mirar porque me queman los ojos.

Lunes 27 de enero

Anoche, cuando llegó el fantasma, le tiré un cenicero, ya estoy harta de él o ella o lo que coño sea; y luego un vaso en el que quedaba un poco de vodka, esperando que le abrasara tanto como a mí. No se inmutó. Fui al sofá y me senté abrazándome las rodillas, no quería mirarle porque me saca de quicio, pierdo los nervios sólo con verle mis ojos vacíos. Ella se puso frente a mí y se llevó el dedo a los labios como pidiendo silencio, luego se abrió el camisón y pude ver su corazón de piedra. Instintivamente me llevé la mano al pecho. No noté al mío latir.


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