Show me
the meaning of being lonely
Viernes
10 de enero
Ayer
me encontré poniendo la mesa
para dos y hoy me he despertado acurrucada en tu lado de la cama. No
he analizado tu ausencia, ni siquiera lo he intentado. Lo único que
sé es que tengo frío dentro. Quisiera no poder sentir, quisiera poder
anestesiarme, beber tanto vodka que mi hígado después pudiese ser servido
como foie en un banquete caníbal.
Domingo
12 de enero
Lo
único que me apetece es acurrucarme en el sofá del salón y esconderme
de todas las miradas, sobre todo de la mía propia. He puesto bocabajo
todas las fotografías porque cuando las veo observándome me asusto.
Me siento como si estuviese de pie en las tablas de un escenario vacío
y el foco principal me apuntase directamente, pero nadie más que yo
mira desde el patio de butacas.
Lunes
13 de enero
Hoy
al salir de clase me han llevado a tomar unas cañas, no tengo ninguna
voluntad, en realidad no quería ir. Pensé que un poco de éxtasis me
vendría bien. Al llegar a casa vomité tanto que pude sentir cómo me
daba la vuelta, lo mismo que si mi cuerpo fuese una camiseta sucia.
Tengo tanto frío que me he tapado con tres mantas, creo que sigo drogada,
además estoy sudando pero el frío no se me quita.
Martes
14 de enero
Esta
tarde me corté haciendo la ensalada, fui al cajón a buscar una tirita,
dentro había una cinta de vídeo sin etiqueta. La puse, era de aquel
día que fuimos a hacer snow. Hacía muchísimo frío y un sol enorme. Tú
saludabas a la cámara, que llevaba Chicho, y me abrazabas y cogías la
cara para besarme. Comprendí que no puedo soportar que tu ausencia sea
para siempre. De repente se me escaparon las lágrimas, primero una,
luego otra, al principio eran gotas enormes y luego el Volga entero
empezó a correr por mis mejillas, hice esfuerzos por contenerme, pero
acabé casi ahogada y chorreando lágrimas. Luego, al mirar hacia abajo
vi que habían quedado algunas colgando de mi pecho en forma de carámbanos.
Miércoles
15 de enero
He
tratado de reunir fuerzas para sacar toda tu ropa del armario, pero
como no las tenía me he fumado un par de porros para que no me doliese
tanto, al final he terminado tirada en el suelo, abrazada a un jersey
tuyo, intentando aspirar lo que queda en él de tu olor. Me duele el
pecho. Pero para lo que no estoy preparada es para tocar tu novela a
medias ni tu vieja máquina de escribir. Cada vez que me acerco a la
mesa siento que ésta se aleja de mí, junto con la pared, como en esas
películas de miedo. Además, no sé qué hacer con ellas. No puedo pensar
con demasiada claridad.
Jueves
16 de enero
Desde
ayer soy una pluma, sólo envoltorio. Anoche dejé la ventana abierta
y un soplo de viento hoy por la mañana me sacó de la cama y me empotró
contra la pared. Así que casi he tenido que ir arrastrándome por el
suelo para que no me llevase el aire. Luego me he aupado hasta el lavabo
y he tenido que recoger los trocitos de dignidad que me quité anoche
sin mirarme al espejo. Luego ya he podido ir por mi propio pie a la
facultad.
Viernes
17 de enero
Hoy
es viernes. Por lo visto hay que divertirse. La guitarra de Lou Reed
suena tan alto que la música se ha colado por todos los agujeros de
mi cuerpo maltrecho y retumba con toda su potencia en mi caja torácica,
aunque tengo la sensación de que el vacío ahí dentro la absorbe y no
la deja salir. Me ha llamado tu madre y se ha puesto a llorar, he tenido
que colgarle. La botella de ginebra está ya a la mitad y la caja de
Valium también, la noche es joven.
Sábado
18 de enero
No
he podido, mi cuerpo se ha rebelado contra mí y anoche estuve dos horas
vomitando mi muerte. Esta mañana me he despertado abrazada a la taza
del váter. Quisiera colarme por el desagüe y nadar tuberías adentro
hasta llegar a un río desconocido lejos de mí misma y de tu recuerdo.
Me pesa mi propio interior, tanto que si quisiese suicidarme tirándome
a un río no necesitaría ladrillo para atarme al cuello.
Domingo
19 de enero
Ayer
lo volví a hacer. Salí y me metí tanto que habría conseguido flotar
si no fuera por lo que me pesaba el pecho. Esta mañana me he despertado
desnuda entre dos tíos y rodeada de gente que dormía por todas partes.
Me he vestido todo lo deprisa que he podido y he salido corriendo de
allí. He caminado desorientada por las calles, muerta de frío. No sé
para qué sirve todo esto, por qué no puedo recomponer mi vida, matarme
o vivir. No sé qué es lo que me duele tanto dentro, ni por qué mi casa
es una cueva llena de recuerdos afilados y tristezas verdes y musgosas
que trepan por las paredes.
Estoy
asustada, todos me quieren ver, zarandearme, asegurarse de que estoy
bien, arrastrarme hasta el mundo de los vivos, que sin ti ya no sé si
es el mío.
Lunes
20 de enero
Al
mirarme en el espejo me he dado cuenta de que en los ojos sólo se me
ve vacío. Me recuerdan a dos piedras viejas.
Miércoles
22 de enero
Estoy
tan cansada... No he ido a clase, me he quedado tapada hasta la nariz,
viendo a esa cosa acercarse. Se ha sentado a los pies de mi cama y me
ha mirado durante horas. De pronto he caído en al cuenta de que él también
tenía dos piedras en los ojos. Al mirarle más despacio he comprendido
que era yo. Después se ha acercado más a mí y me ha puesto su mano que
no tenía forma ni peso sobre los ojos y me dormí. En mi sueño vi llegar
todos mis recuerdos y cómo se iban colocando ordenadamente alrededor
de mi cama. Cada uno tomó su sitio y se tumbaron junto a mí, todos me
abrazaron y dormimos, pero al abrir los ojos vi que me estaban tapando
la boca, la nariz, los oídos, de nuevo el fantasma se acercó y me tapó
los ojos. Esta vez sentí miles de alfileres clavándose en mi corazón.
Viernes
24 de enero
Sal
y diviértete. Eso he hecho, pero no me he divertido. Anoche me acosté
con Chicho. Él intentó beberse mi tristeza, a cambio me comí su corazón.
Le pegué y me pegué. Cuando él intentó abrazarme fuerte salí corriendo.
Esta vez el éxtasis me hizo sentir bien ¿o fue el poder de hacer daño?
Me he acostado con nuestro mejor amigo y me da igual. ¿Me perdonas?
No creo que haya conseguido beberse todo mi dolor porque hoy el pecho
me duele más que nunca.
Sábado
25 de enero
Hoy
ha vuelto el fantasma, me sigue a todas partes y ya ni me doy cuenta.
He llamado a Chicho para pedirle perdón, pero no quiere ponerse. Acurrucada
en el sofá he vuelto a llorar porque me siento asqueada y perdida.
Domingo
26 de enero
Hoy
también me duele mucho el pecho y estoy un poco mareada, no dejo de
soñar con mis recuerdos jugando alrededor pero no puedo mirar porque
me queman los ojos.
Lunes
27 de enero
Anoche,
cuando llegó el fantasma, le tiré un cenicero, ya estoy harta de él
o ella o lo que coño sea; y luego un vaso en el que quedaba un poco
de vodka, esperando que le abrasara tanto como a mí. No se inmutó. Fui
al sofá y me senté abrazándome las rodillas, no quería mirarle porque
me saca de quicio, pierdo los nervios sólo con verle mis ojos vacíos.
Ella se puso frente a mí y se llevó el dedo a los labios como pidiendo
silencio, luego se abrió el camisón y pude ver su corazón de piedra.
Instintivamente me llevé la mano al pecho. No noté al mío latir.
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