Nada
normal (2002)
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El piano |
Sonia Aldama Muñoz |
El piano se
rompió, cayó al suelo y no paraba de sonar. El ruido era
espantoso, atronador. La mujer lloró y su lamento acabo con el
sonido infernal. Su marido la consoló como pudo, la besó,
la acarició, y ella le miró sonriendo y su llanto se convirtió
en canción. Entonces cogió el piano, lo levantó del
suelo, se sentó y empezó a componer una hermosa melodía
dedicada a su esposo. Aquella noche decidieron que tendrían un
hijo porque no querían desperdiciar la magia del momento.
El niño nació
y se llamó Álvaro. No aprendió a tocar el piano
ni a cantar, pero intuía que entre sus padres existía
un vínculo especial más allá del amor del matrimonio.
Ellos no podían explicar lo que había sucedido porque
era una historia surrealista, y la percepción de aquella realidad
sólo era visible para privilegiados. Cuando Álvaro creció
le pregunto a su madre por la historia que él sospechaba que
existía. Ella por fin se lo contó y él, asombrado,
decidió aprender a tocar el piano. Cuando compuso su primera
melodía la llamó El piano roto. Les dedicó
la primera canción a sus padres, como homenaje a los que le crearon.
La letra decía así: Cuando el piano se rompe las
teclas dejan de sonar y el aire se llena de música que invade
mi hogar. Ellos están ahí y convierten sus vidas en canciones.
Al nacer, puedo contarlo, puedo sentirlo... Pasaron los años y
Álvaro se convirtió en un gran compositor, y le regaló
al mundo entero la música creada gracias al llanto de su madre
y al consuelo de su padre. Todos los que disfrutaron de su música
vivieron de un modo más espiritual. Cuando Álvaro murió
un árbol cubría la sombra de su tumba, pero siempre aparecía
un rayo de sol que iluminaba el alma del músico. |
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