Nada normal (2002)

El sueño

Javier Arranz Molinero

—He tenido un sueño —dije.

—Muy bien, cuéntemelo —respondió el psicólogo.

—Soñé que estaba en la cama y no sabía si estaba despierto o dormido. Sentí miedo y grité hasta que me desperté sofocado y sudando.

El psicólogo me dijo que estudiaría ese sueño y en la siguiente sesión me comentaría sus conclusiones. Me acompañó a la puerta y me despidió con un apretón de manos como hacía habitualmente.



—He tenido un sueño —dije.

—Muy bien, cuéntemelo —respondió el psicólogo.

—Soñé que yo le dije que había tenido un sueño y usted me respondió que se lo contara. Le conté que en el sueño estaba en la cama y no sabía si estaba despierto o dormido. Que sentí miedo y grité hasta que me desperté sofocado y sudando. Después usted me dijo que estudiaría ese sueño y en la siguiente sesión me comentaría sus conclusiones. Me acompañó a la puerta y me despidió con un apretón de manos como hace habitualmente.

El psicólogo me dijo que estudiaría ese sueño y en la siguiente sesión me comentaría sus conclusiones. Me acompañó a la puerta y me despidió con un apretón de manos como hacía habitualmente.

 


—He tenido un sueño —dije.

—Muy bien, cuéntemelo —respondió el psicólogo.

—Soñé que yo le dije que había tenido un sueño y usted me respondió que se lo contara. Le conté que soñé que yo le decía que había tenido un sueño y usted me respondía que se lo contara y le contaba que en el sueño estaba en la cama y no sabía si estaba despierto o dormido. Que sentí miedo y grité hasta que me desperté sofocado y sudando. Usted me decía que estudiaría ese sueño y en la siguiente sesión me comentaría sus conclusiones. Me acompañaba a la puerta y me despedía con un apretón de manos como hacía habitualmente. Después usted me dijo que estudiaría ese sueño y en la siguiente sesión me comentaría sus conclusiones. Me acompañó a la puerta y me despidió con un apretón de manos como hace habitualmente.

El psicólogo me dijo que estudiaría ese sueño y en la siguiente sesión me comentaría sus conclusiones. Me acompañó a la puerta y me despidió con un apretón de manos como hacía habitualmente.

 

—He tenido un sueño —dije...

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