En compañía

 Josemaría Maese Pastor

Sebastián abrió una lata de boquerones al llegar a la cocina-salón-comedor de su pisito alquilado. Hoy había transportado muchas historias en el sillón de atrás. A través del ventanuco miró las luces de los coches a su paso por el puente de la variante. No había nada en la tele. Salió de casa y volvió a coger el taxi, a hacer horas extra por Mirasierra y Puerta de Hierro. A codearse con gente principal.

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