Hay que levantarse deprisa, no pensar, ayuda echar mano de una canción para llegar al baño sin dolor de sueño, «cada mañana salto de la cama y piso arenas movedizas, cuesta vivir cuando lo que se ama
», las ojeras me llegan hasta los pies, «
se llena de cenizas», pero madrugar es una tontería, una canción, no pensar y hacia delante, cada vez sale menos agua caliente y hace más frío, no pensar, cantas y luego a las tres ya está, compró el As y El País y, La Farola, si estoy de buen humor, madrugar tiene truco, si cantas un poquito ni te enteras, tiene que ser todo con poco tiempo, 10 minutos para ducharte, desayunar cereales, el nudo de la corbata ya hecho, sin tiempo para calentar la leche, a mi madre no la convenzo para el microondas, para eso trabajo microondas y leche caliente cuando tenga un piso y con la ropa sucia y planchar no sé, ¿las llaves?, en el abrigo, no, en la encimera, no, en el cuarto de baño, lo primero que hice cuando llegué fue echar un pis, ya está, ahora es fácil dejarse caer a Madrid por la autopista y salir a las tres, o a lo mejor compró hoy La Calle, me inventé que La Farola era mejor, que en La Calle explotaban a los mendigos, y ellas me miraban con ojos grandes, seguro que follan fatal, las pijas son para reír y nada más, como me salga lo de Olga no habrá más pijas, hay que empezar a organizar lo de Soria, seguro que Olga lo hace bien, siempre España a las seis, necesito alguna cinta nueva, si quedo con Alex para empezar a mover Soria, le pido algo de música, algo alternativo, Sexie Sadie o así para hacerme el interesante con Olga, puede estar bien, la Laguna Negra, Lorena y Alex con sus guitarras, la tumba de Leonor y una botellita de Johnie Walker y... hay que joderse con los semáforos de la M-30, aquí sí que se necesita un túnel, en el barrio de los Molina, los Molly Molone, que molan mogollón porque son consultores e ingenieros y tiene un Ibiza, y el pobre Pablo tragando, el verano a Águilas con Isabel, y en Semana Santa a Águilas con Isabel, y ni Edimburgo, ni Alpujarrras, ni nada, Águilas, Águilas, Águilas Amstel, le cantamos borrachos esa noche Virginia, Babita y yo a Pablo por el móvil, y el tío, «cómo te pasas, Paco, que no puedo, no puedo pisar a Isabel, que ya lo ha preparado todo», es la leche, no es como con Antonio y Blanca, a Soria que se vengan, y Óscar y Laura, Isabel y Pablo no, que vayan a Águilas o a La Vaguada que les pilla cerca y es donde fuimos para lo del consumo de ocio en los centros comerciales, qué bien salió, y lo hicimos todo Canarias y yo, y El País luego sacó un reportaje, porque México se marchó cuando se quedó embarazada y Móstoles estaba muy ocupada siendo solidaria con el mundo, y luego para ser operador y levantarme a las cinco de la mañana, no molo nada, ni ingeniero, ni consultor, los Molly Molone sí que son la hostia, el barrio del Pilar, «el mejor de Madrid», ingenieros, consultores y Pablito tragando, y el Ibiza y el Polo, y los veranos con la familia a Águilas, que tiene el club más antiguo de fútbol, junto con el Huelva, y yo siete dobles para cuatro aciertos en la quiniela y a seguir, eso sí con mi Laguna Negra, mi tumba de Leonor y las guitarritas el fin de semana y ellos hablando de túrbinas, y hoy salgo a las tres y puedo ir al taller de Enrique a las seis y después quedar con Alex para lo de Soria, y otra vez de noche por la autopista, y no sabré si vengo o voy, si me caigo hacia Madrid o hacia casa por este túnel oscuro.
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