Festín de amotinados (2000) |
Microcuentos |
Charo Alba |
El amor, la pasión, los besos no entienden de puntos geográficos, no tienen por qué surgir durante una puesta de sol en el mar. La felicidad puede existir en cualquier rincón. ¿O es que tengo que recordarte los quince minutos que pasamos en el probador de El Corte Inglés? Estuve tan sola que me dolieron los brazos, de no abrazar. Durante mucho tiempo mantuve el tipo con orgullo, hasta que me fallaron las fuerzas, me llené de rabia, y me faltó la dignidad. |
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