Festín de amotinados (2000)
Conjuro contra los malos tiempos
Marisa Fresno
se forman corporales las palabras / que no podíamos decir.
José Ángel Valente
Me gusta despertarme por la mañana y que mi novio me abrace por la espalda y me retenga como un oso de peluche hasta llegar al límite de los minutos permitidos por el despertador. Me gusta irme a trabajar y que él se quede dormidito, besarle, decirle adiós, bonito y que me conteste desde otro mundo adiós, bonita. Me gusta estar en el trabajo e imaginar que él anda por la casa, a sus cosas, tan contento. Me gusta que pase el tiempo y él siga a sus cosas, como un cronopio. Me gusta imaginarle entretenido en los más diversos menesteres. Me gusta que tenga otro ritmo, que no haga lo mismo que todos. Me gusta su persistencia en no querer tener horarios y en no levantarse temprano. Me gusta que reivindique su siesta, y enfrente mi idea de “perder el tiempo”, con la suya, que nada que ver. Me gusta que mi novio no sea tan neurótico como yo. Me gusta cómo huele, a jaboncitos y colonias.
Me gusta que ame a su esponja. Me gusta su cuello porque es suavecito, todo él es suavecito. Me gusta su calor, siempre tiene los pies calientes. Me gusta que me caliente los míos. Me gusta ir de la mano por la calle con él, tocarle la cabeza monda y lironda y que me llame “Maripom” desde el otro lado del pasillo. Me gusta viajar con él, ir de vacaciones, dormir en el camarote del barco-disco-hotel-bingo. Me gusta que insista en tomarse una beer a pesar del tiempo rácano. Me gusta que se arriesgue, se tire desde el puente y se aguante el miedo. Me gusta cuidarle, ir detrás de él en las caminatas y saber que no le pasa nada. Me gusta llevarle la mochila y comprarle regalitos. Me gusta cuando dice adiós con las manos en la cabeza, la cara de niño, sus ojos marrones redonditos y el gesto de “no sé”. Me gusta cuando sonríe, muy a menudo, y cuando se ríe tipo “lindo pulgoso”. Me gusta verle comer al lado de su hijo, y la cara que ponen ambos cuando coinciden en la carcajada. Me gusta que le guste su casa, hacer la compra y disfrutar en los restaurantes. Me gusta que lea y se le quede, que aprenda de memoria las lecciones de asertividad y que no se rinda nunca. Me gusta porque trae buena suerte y tiene manos que curan. Me gusta mi novio porque es escritor, muy listo y siempre sale guapo en las fotos, el más guapo.
